Me he enterado, a través del blog de Firenze que hoy es el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas. Y claro, es una efeméride que quiera dejar escapar sin poder aprovechar para poner mi granito de arena. Todos convivimos con la droga, puesto que es un problema que afecta a todas las clases sociales, adictos que han empezado probando la droga por diferentes causas: como evasión a problemas, como experimentación, para sentirse alguien dentro del grupo de iguales,... Todos tienen en común esa adicción y que tendrán difícil escapatoria a sus garras. Limitados en la decisión y condicionados por ella, algunos ven como sus vidas se van al garete, otros lo disimulan de la mejor manera que pueden, la mayoría se engañan incluso a sí mismos restando importancia a su problema.
Sin embargo, lo que no se nos puede olvidar es que estas personas son víctimas de una enfermedad, no lo hacen porque quieran (aunque empezaran de esta manera). Son gente que está en la familia, en el grupo de amig@s, en el barrio y en las calles de tu pueblo o ciudad. Necesitan ayuda y la sociedad suele darles de lado, despreciándoles con una mirada de asco a modo de apestados.
Personalmente, tengo un hermano que necesita beber (por lo tanto es alcohólico), tengo un hermano que presuntamente se mete coca. Nunca me he atrevido a hablar con ellos de ese tema tabú, por ese tonto respeto de hermano pequeño, por ese amor a la libertad de cada persona. Tienen hijos, sus vidas serían mejores si dejasen esos refugios y afrontasen los problemas, pero esto último de cobardes viene en nuestro código genético, al parecer. Me siento mal por esa omisión de ayuda.
Os dejo con una emotiva canción (al menos para mí ya que era de mis preferidas de adolescente) que habla de la pérdida de su pareja a causa de la droga.
Existen otras maneras de volar...